Los coches eléctricos ofrecen múltiples ventajas: son silenciosos, no emiten gases contaminantes y, sobre todo, te permiten olvidarte de los vaivenes del precio de la gasolina. Basta con enchufarlo en tu garaje o plaza de aparcamiento y cargarlo mientras duermes. Sin embargo, esa dependencia de la red eléctrica también tiene su talón de Aquiles: ¿qué ocurre si se va la luz?.
Este lunes, la Península Ibérica y el sur de Francia sufrieron un apagón generalizado. Una situación poco habitual, pero que pone sobre la mesa una pregunta relevante para los usuarios de coches eléctricos: ¿estamos preparados para un corte de suministro eléctrico?
Cargar el coche eléctrico durante un apagón, ¿misión imposible?
La mayoría de los usuarios de vehículos eléctricos recargan sus coches en casa, aprovechando la noche para hacerlo. Un modelo como el Skoda Enyaq puede pasar del 10% al 100% de batería en unas seis horas si se cuenta con una instalación de 11 kW. Pero si el apagón ocurre justo cuando más se necesita cargar, el panorama cambia por completo.
Y es que, aunque algunos apagones duren solo unas horas, otros pueden alargarse más de lo esperado. Si el coche eléctrico es tu único medio de transporte y te pilla con la batería bajo mínimos, lo más sensato será aparcarlo y no tocarlo. Al fin y al cabo, sin electricidad en casa, no hay forma de recargarlo, salvo que dispongas de una instalación fotovoltaica con baterías o de un generador de emergencia. Pero estos sistemas son poco comunes, sobre todo en viviendas colectivas.
¿Y los coches de combustión?
Podría pensarse que con un coche de gasolina o diésel se está a salvo de estos inconvenientes. Pero no del todo. Las gasolineras también necesitan electricidad para funcionar: los surtidores no bombean combustible por arte de magia. Así que, si no llenaste el depósito antes del apagón, puedes encontrarte en la misma situación que un conductor eléctrico.
En ese sentido, tener unos bidones de gasolina almacenados en casa podría parecer una solución, aunque es peligrosa y poco habitual. Con la electricidad, además, no existe una forma sencilla y segura de almacenar energía para recargar un coche sin una infraestructura adecuada.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Durante un apagón, la estrategia es prácticamente la misma tanto si tienes un coche eléctrico como uno de combustión: conservar la energía disponible. Limita los desplazamientos a lo imprescindible, no salgas con el coche “por si acaso” y guarda lo que quede de batería o de combustible para una emergencia real, como una visita al hospital o una necesidad médica urgente.
En el caso de los eléctricos, si se dispone de una instalación solar con almacenamiento, puede ser posible recargar lentamente. También hay puntos de recarga alimentados por energías renovables, pero su número es limitado y, en un apagón generalizado, no se garantiza que estén operativos, ni que su sistema de pago funcione (recordemos que no se puede pagar una recarga en efectivo).
Prevenir, la mejor solución
Al final, la mejor defensa frente a estas situaciones es la prevención: mantener la batería con suficiente carga, conocer la ubicación de puntos de carga cercanos y, si se puede, invertir en una fuente de energía de respaldo en casa. Porque aunque los apagones como el del lunes son raros, no son imposibles. Y estar preparado nunca está de más.